En la primera parte de la
sesión tratamos el tema de las respuestas curriculares en la diversidad y la
marginación.
Una política educativa que
quiera recuperar la diversidad de culturas que están siendo negadas no puede
quedar reducida a una serie de unidades didácticas destinadas a su estudio. Por
ello, no se puede caer en un “currículum de turistas” donde se estudia solo superficialmente estas
culturas con poca precisión, se celebran días dedicados a temas en concreto
pero tan solo se tratan una vez al año, se estereotipa y muchas veces se oculta
información de problemas sociales o raciales. Por todo esto hay mucha gente que
ha dejado de ver ls instituciones escolares como lugares para contrarrestar la
desigualdad.
Si hablamos de un sistema
educativo obligatorio que afecta a toda la población y el cual debe
conducir una sociedad mejor, esta
desigualdad tiene que estar presente ya que todas las personas son miembros de
esta sociedad y esta es tan diversa que requiere el reconocimiento de su
diversidad.
Por estos motivos la
pedagogía anti-marginación debe tener en cuenta las dimensiones éticas del
conocimiento y de las relaciones sociales. Es imprescindible que las
instituciones escolares sean sitios donde aprender mediante la práctica
cotidiana, analizar el surgimiento y el porqué de las discriminaciones, conocer
el significado que deben tener las diferencias tanto colectivas como
individuales.
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