jueves, 5 de diciembre de 2013

Pedagogía del oprimido - Freire

Capítulo II 
Educación bancaria versus educación problematizadora.

La educación bancaria, dada su naturaleza narrativa, convierte a los educandos en depositarios y al educador en quien deposita. Mediante la memorización lo único que se consigue es llenar vasijas, es decir, los educandos únicamente reciben, guardan y archivan depósitos, imposibilitando el desarrollo de la creatividad, centrándose en la transmisión del saber. "Los sabios" juzgan a "los ignorantes" creando así oprensión.

Estimula la cultura del silencio, ya que el educador adquiere un papel superior, es el sujeto del proceso, siendo los demás meros objetos, seres de adaptación, pasivos, sin crítica ni conciencia. Lo que implica dominación, puesto que pretende "transformar la mentalidad de los oprimidos y no la situación que les oprime", viéndose como algo peligroso pensar auténticamente, puesto que "el falso saber es considerado saber verdadero". Rechaza el compañerismo, la comunicación, la liberación, el pensamiento, desarrollando así la necrofilia, como señala Fromm, teniendo como finalidad el control, la preservación de la cultura y el conocimiento, y no la transformación del mundo.

Los educandos no perciben las contradicciones revestidas que pueden provocar un enfrentamiento con la realidad, descubriendo así su domesticación. De ahí la necesidad de una liberación auténtica, un proceso, no algo que se deposita, que permita la acción y la reflexión del ser humano para transformar el mundo.

La educación problematizadora se empeña en la desmitificación de la realidad, da respuesta a la conciencia y da existencia a la comunicación, a las relaciones dialógicas y a la cogniscibilidad, superando la contradicción educador-educando, donde la educación se da en conunidad teniendo el mundo como mediador, convirtiéndose los seres humanos en investigadores críticos comprometidos.

"Nadie puede ser auténticamente prohibiendo que los otros sean. Esta es una exigencia radical. La búsqueda del ser más a través del individualismo conduce al egoísta a tener más, una forma de ser menos."

Consideramos pues, que la humanización vive siempre que se dé el cambio, la transformación, y para ello la educación no puede verse como mercaderia, sino como proceso de reflexión, no de transmisión, en el que debería estar involucrada toda la sociedad, para conseguir alcanzar su fin verdadero: un mundo mejor.

Sin duda, este capítulo nos ha recordado a varios temas tratados en clase, y queremos destacar el siguiente vídeo, que consideramos muy vinculado a los conceptos más relevantes de esta entrada:


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