Si un niño está pasando por un etapa de cierta tristeza, que juegue con juguetes de color naranja. Si el niño tiene una notable falta de concentración, que lo haga con juguetes de color amarillo. Y si el pequeño es demasiado activo, irritable y le cuesta dormirse, pues que juegue con juguetes de color azul. La psicología del color tiene una gran importancia en las personas, también en los niños. Así lo concluyen diversos estudios que quieren saber cuáles son los juguetes más adecuados para cada niño, en cada momento.
Jordi Mateu, coordinador del Comité de Seguridad y Prevención de Accidentes de la Asociación Española de Pediatría, asegura que un juguete puede influir en el temperamento y la personalidad de un niño. De esta forma, los juguetes rojos generan dinamismo e incitan al movimiento en los niños. Los que son azules favorecen la relajación y ayudan a dormir, así como los de color blanco, que también incitan al descanso. Por su parte, los amarillos promueven el desarrollo de la inteligencia; y los de color naranja fomentan actividad y denotan alegría.
Pero no sólo el color de los juguetes influye en los más pequeños. También su forma, su utilidad, etc. Todos estos conocimientos han llevado a la AEP a elaborar una clasificación con los juguetes que son adecuados para cada edad y para fomentar las capacidades de cada etapa del niño: una guía para padres y profesores a la hora de educar a los más pequeños.
De esta manera, se conoce que durante sus primeros años de vida, un niño debe jugar con muñecos y peluches, que le ayudarán a motivar su afectividad. Las pelotas, bicicletas o los juguetes de construcciones estimularán su motricidad más adelante. Y los juguetes musicales, incrementarán su sensibilidad y su capacidad de expresión.
Es evidente que estos consejos no lo son todo; también cuenta el instinto de los padres, el conocer a sus hijos, etc. Pero desde luego ayudan al entorno del niño a aprender qué es lo más adecuado para él.
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